16 abril 2007

Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:

Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)
Supongo que lo conoces pero es uno de sus poemas principales y para muchos el mejor de la literatura española.

1 comentario:

Federica dijo...

Profesor,tengo que confesar mi ignorancia porque no conocía este poema...el año pasado leímos sobre todo la poesia satírica de Quevedo y "El Buscón".De todas formas ahora conozco también este poema y me alegro un montón...Y¿Qué decir?MIL GRACIAS