EL PRIMER FRANQUISMO ENTRE “LA CODORNIZ” Y LAS “NIÑAS TOPOLINO”
La publicación de “La Codorniz” y la aparición de las “niñas topolino”: dos eventos culturales y sociales que marcaron el primer periodo de la dictadura de Franco.
En los primeros años cuarenta, la Sección Femenina de Falange proclamaba la existencia de una mujer española que se caracterizaba por ser púdica y austera. En realidad, en estos mismos años apareció, en la atormentada sociedad española, una tipología de mujer totalmente distinta, a la que se dio el nombre de “niña topolino”. Sin embargo,los dos modelos de mujer que se difundieron en España durante el primer franquismo tenían en común la gana,más bien el aerdiente deseo de casarse.
Se habló por primera vez de la “niña topolino” en el semanario humorístico dirigido por Miguel Mihura intitulado “La Codorniz”,cuyo número inicial se publicó el 8 de Mayo de 1941. Esta publicación fue una verdadera novedad,un acontecimiento cultural caracterizado por la palabra clave “audacia”. Audacia porque La Codorniz quería poner en tela de juicio todos los dogmas y las restricciones del primer periodo franquista.
El semanario humorístico se convirtió en un punto de referencia de los jóvenes por lo que se refería al lenguaje y a la conducta, y en un temible enemigo por los padres y sobre todo por el régimen, que mal soportaba la revisión y la depuración por parte de La Codorniz de los valores intelectuales y costumbres considerados valederos en aquella época.
De hecho durante el franquismo leer La Codorniz se consideraba un símbulo de Modernidad.
Modernidad expresada también por las “niñas topolino”. El termino “topolino” se asoció inicialmente al célebre coche FIAT, pero sucesivamente pasó a indicar unos zapatos femeninos,que en realidad parecían zapatos ortopédicos, de los que se enamoraron las chicas, hijas de la burguesía emergente.
Se trataba de chicas con características particulares, es decir: se reían a carcajadas,fumaban,empleaban un lenguaje típico de los muchachos,maneaban muchísimo dinero,pero sin ganárselo, y tenían amigos excesivamente ricos.
No eran chicas inteligentes o con mucha cultura, de hecho el barrio donde solían encontrarse se empezó a llamar “el tontódromo”.
El lado positivo de este modelo de mujer fue la desenvoltura, que le permitió vivir sin ciertos prejuicios y también menos sujeta.
Sin duda se puede afirmar que “La codorniz” y “la niña topolino” representaron una ráfaga de aire fresco en la oprimida sociedad española de la posguerra y del primer franquismo.
Este es mi artículo de novela,para escribirlo he utilizado un capítulo de "Usos amorosos de la posguerra española" de Carmen Martín Gaite
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